Síndrome del edificio enfermo (SEE)

El síndrome del edificio enfermo (SEE) –o Sick Building Syndrome (SBS) en inglés– es un concepto que habitualmente se utiliza para describir situaciones en las que los ocupantes de un edificio experimentan problemas de salud graves o molestias que parecen estar relacionadas con el tiempo que pasan en dicho espacio, cuya principal causa suele ser la gran cantidad de contaminantes de diversa procedencia que inciden directamente en una mala calidad del aire interior y, en consecuencia, en la salubridad de los ocupantes del edificio.

Así, la verdadera dificultad en relación al síndrome del edificio enfermo estriba en su diagnóstico, ya que las personas afectadas por un edificio de estas características presentan a menudo una amplia gama de síntomas de enfermedades comunes. La clave para identificar si nos encontramos ante un SEE será comprobar si los síntomas mejoran después de abandonar el edificio y si son recurrentes cuando la persona se encuentra de nuevo en un edificio en particular.

Características comunes en los edificios enfermos


Tradicionalmente se ha relacionado el término o concepto del edificio enfermo con construcciones antiguas, cuando, por el contrario, el mayor número de edificios identificados bajo esta denominación se corresponden con construcciones modernas y herméticas coincidentes en una serie de deficiencias identificadas por la propia Organización Mundial de la Salud (OMS):

Edificios con sistemas de climatización y/o ventilación ineficientes o mal diseñados.

Edificios de construcción ligera y poco costosa.

Edificios cuyas superficies están recubiertas de algún material textil en paredes, suelos con moquetas o amplias alfombras que atraen el polvo y las bacterias y otros elementos de diseño interior.

Edificios que practican el ahorro energético y se mantienen relativamente calientes con un ambiente térmico homogéneo.

Edificios considerados herméticos en los que las ventanas no pueden abrirse generándose un ambiente de aire viciado.

Además de estas características comunes descritas, en cualquier tipo de edificio existen una serie de factores de riesgo identificados como contaminantes del aire o contaminantes ambientales que, en el caso de los edificios enfermos, suponen un factor adicionalmente perjudicial para la salud de sus ocupantes.

El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo expone en su Nota técnica de prevención (NTP) 289 la enorme variedad de contaminantes del aire interior de distinta procedencia.

Los ocupantes del edificio se consideran en el citado documento una de las fuentes principales de contaminación del aire, ya que el ser humano produce de forma natural dióxido de carbono (CO2), vapor de agua, partículas y aerosoles biológicos, siendo a la vez responsable de contaminantes como el humo de tabaco, que en sí contiene más de 3.000 compuestos: monóxido de carbono (CO), aldehídos, óxidos de nitrógeno, metales, etc.

ventilación edificios

También diversos materiales de construcción, muebles y otros elementos son responsables de la presencia en el aire de compuestos orgánicos volátiles tales como formaldehído, vapores orgánicos, polvos y fibras (asbestos, vidrio, textiles). Materiales propios para el trabajo de oficina (impresoras…) o productos empleados para la limpieza y el mantenimiento también aportan contaminantes al aire interior.

Síntomas más comunes

Los síntomas más habituales relacionados con el diagnóstico de un edificio enfermo se suelen confundir con gripes o resfriados, congestión, sinusitis, sensación de cansancio, y sus manifestaciones más habituales son:

  • Irritaciones de ojos, nariz y garganta
  • Sensación de sequedad en membranas mucosas y piel
  • Ronquera y respiración dificultosa
  • Eritemas (erupciones cutáneas)
  • Hipersensibilidades inespecíficas
  • Náuseas, mareos y vértigos
  • Dolores de cabeza y fatiga mental
  • Elevada incidencia de infecciones respiratorias y resfriados
Síntomas del síndrome del edificio enfermo

Otro de los síntomas habitualmente relacionados con el síndrome del edificio enfermo es la lipoatrofia semicircular, un trastorno que se caracteriza por la pérdida de tejido graso bajo la piel en forma de semicírculos y que aparece sobre todo en los muslos y en los glúteos y, en menor medida, en los antebrazos. Se manifiesta mediante unas marcas profundas en la piel como hoyuelos o manchas, además de otros síntomas como sensación de pesadez en las piernas o fatiga. 
Esta alteración se cree que está relacionada con la formación de campos electromagnéticos generados por el cableado, ordenadores, aparatos eléctricos y a causa del exceso de superficies sintéticas y metálicas en las estructuras de los edificios. Esta fue una de las principales afectaciones sufridas por los trabajadores de la Torre Agbar en Barcelona, por los ocupantes del edificio de la compañía Gas Natural ubicado en la misma ciudad o por trabajadores del edificio de Telefónica en Madrid; todos ellos diseñados como jaulas electromagnéticas con cableados en suelos y techos.

Independientemente de lo anterior, y bien sea por un tipo de síntomas u otros, habrá que tener en cuenta que, estos casos deben darse en un porcentaje significativo de los ocupantes de un edificio, superior al 20%, y es habitual que desaparezcan al abandonar el lugar.

Para diagnosticar la existencia de un síndrome de edificio enfermo se debe realizar una investigación cuidadosa entre el personal afectado por alguno de los síntomas mencionados, ya que se considera un problema de origen multifactorial y, como tal, debe ser estudiado de forma exhaustiva.

Soluciones al síndrome del edificio enfermo (SEE)

En el reciente Congreso Internacional sobre la Calidad del Aire Interior, Mr. Ian Cull, ingeniero e higienista industrial, vicepresidente de la AIQA (Indoor Air Quality Association), incidió en el hecho de que en la mayor parte de las construcciones realizadas en los últimos años se han primado valores como la eficiencia, la comodidad o el confort térmico por encima de conceptos como la calidad del aire interior, cuando la propia Organización Mundial de la Salud define el síndrome del edificio enfermo como conjunto de enfermedades originadas o estimuladas por la contaminación del aire en espacios cerrados.

En este sentido, será necesario tener en cuenta una serie de medidas que podrán contribuir eficazmente a generar un ambiente interior sano y seguro para los ocupantes de un edificio. Algunas de estas medidas serían:

  • Instalación de sistemas de ventilación mecánica controlada que contribuyan a la generación de un aire interior limpio complementados con sondas y sensores de CO2 y otros contaminantes que permitan activar o incrementar los niveles de ventilación en el momento que detecten niveles de contaminación del aire interior superiores a los recomendados.
  • Mantener una temperatura y humedad relativa ajustadas a los valores recomendados y razonables para una óptima calidad del aire y confort térmico del espacio interior.
  • Realizar periódicamente las labores de mantenimiento y limpieza de los equipos de climatización y ventilación para garantizar su eficacia.
  • Equilibrar las presiones en distintos puntos del edificio, dado que pueden ser la causa de los movimientos de los contaminantes de unos lugares a otros (excepto en aquellos casos en los que se utilice expresamente para el control de ciertos contaminantes).
  • Utilizar una iluminación adecuada evitando exceso de brillo o reflejos causantes de diversos trastornos en la visión.
  • Controlar los niveles de ruido y presión sonora para mantenerlos en los límites aconsejables, es decir, en 60-70 dB (A), ya que valores superiores pueden ser origen de estrés o fatiga.
  • Limpiar regularmente alfombras, moquetas y otras superficies susceptibles de acumular contaminantes efectuando estas labores en horarios de no ocupación del edificio, siempre que sea posible, aplicando los productos siguiendo las recomendaciones en cuanto a cantidades, diluciones, etc.

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